LEVANTE EMV. MÓNICA ROS | VALENCIA Los gatos callejeros cumplen su función a la hora de mantener a ralla posibles plagas de insectos y roedores. Eso sí, siempre que estén controlados lo que implica una buena alimentación, estar sanos y desparasitados y sobre todo, esterilizados. Existen más de cien colonias de gastos callejeros en la ciudad sin más control que el que realizan sobre ellos un grupo de voluntarias. Ellas son las que se encargan de ponerles comida y bebida, las que los llevan al veterinario si se ponen enfermos, o para castrarlos y evitar una proliferación de crías que puede tornarse un problema para la ciudad. En los gatos callejeros invierten tal cantidad de dinero que les da hasta vergüenza.
Y es que la inversión media es de 400 euros al mes. Si hay algún gato enfermo «hay que llevarle al veterinario para evitar que contagie al resto». Lo mismo ocurre con la esterilización de los animales (60 euros cada visita al veterinario, en los casos más económicos), algo «fundamental» si se trata de mantener una colonia controlada.
Por ello, las voluntarias exigen al ayuntamiento que, al menos, la recién creada Concejalía de Bienestar Animal ponga en marcha «cuanto antes» el Plan de Esterilización Felina que había en Valencia hasta la llegada de la crisis y la reducción de los presupuestos para la protectora que gestiona el servicio de recogida y tenencia de animales abandonados (Modepran). Y es que, cuando los presupuestos para este servicio se redujeron „pasaron en tres años de tener un millón de euros disponible a los poco más de 400.000 actuales„ lo primero que cayó fue el plan para evitar que los gatos callejeros críen, algo que ahora depende de la labor y el dinero de personas anónimas, voluntarias que, además, recalcan las dificultades que encuentran para realizar una labor que nadie les ha encomendado, pero de la que se sienten responsables.
Susana Schneiders se encarga de la colonia de Viveros y es la voluntaria que actúa de portavoz de esta iniciativa. Propone crear una asociación de ayuda a los gatos de la ciudad, realizar un censo actualizado, crear un centro veterinario solo para felinos (independiente del núcleo zoológico de Benimàmet) y desarrollar el primer Jardín felino. «La idea sería adecentar un solar vallado en cada sector de la ciudad para que las colonias de esa zona vayan allí. Se trataría de crear un espacio lúdico-educativo donde los vecinos puedan conocer mejor a los gatos mientras éstos están cuidados y controlados».