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Desde el año 2009, en los últimos 8 años, la Policía Local de Málaga ha sancionado a un total de 2.258 los propietarios o tenedores de animales por no recoger los excrementos de los animales o permitir que orinen o defequen en aceras y otros espacios de tránsito.
El pasado año 2016 los agentes realizaron numerosos seguimientos y vigilancias en zonas donde se producen con habitualidad, o son denunciadas por vecinos o colectivos, deyecciones y orines de animales en la vía pública, que dieron lugar a 381 denuncias por no hacerse cargo de su recogida o limpieza.
Asimismo, este mismo año, efectivos de la Policía Local de Málaga han detenido en dos actuaciones diferenciadas a dos individuos como presuntos autores de sendos delitos de desobediencia, resistencia y atentado a agentes de la autoridad.
El primero de los sucesos ocurrió sobre las 16.30 horas del pasado 14 de febrero en calle La Hoz, cuando una patrulla de motoristas de la Policía Local de Málaga observaron como un individuo que paseaba a un perro se desentendía de recoger los excrementos del mismo, por lo que los agentes procedieron a identificarlo, haciendo caso omiso en varias ocasiones a las indicaciones de los mismos, llegando a propinarle un empujón a uno de ellos y emprender la huida a la carrera, siendo interceptado y detenido.
Vigilancia motivada por denuncias vecinales
El segundo suceso tuvo lugar el pasado 20 de abril, sobre las 09.45 horas, en calle Bulevar Adolfo Suárez, donde una dotación de policías locales que efectuaba su servicio de paisano se encontraba llevando a cabo labores de vigilancia con motivo de las denuncias vecinales motivadas por la no recogida de defecaciones caninas, que en algunos casos se deben a que los propietarios los dejaban salir solos para desentenderse así de sus deberes ciudadanos de convivencia y civismo.
Cumpliendo con su labor, los agentes observaron como un perro suelto defecaba en la vía pública, por lo que procedieron a seguirlo hasta un portal cercano, donde, tras subir hasta la 3ª planta, se introdujo en un piso que se encontraba con la puerta abierta. Tras llamar, salió un hombre del mismo que reconoció ser el propietario del can, siendo instado a hacer entrega de su documentación para ser sancionado por contravenir la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana.
Lejos de colaborar, el individuo se tornaba cada vez más agresivo, negándose tajantemente a entregarles su documentación, y proliferando gritos e insultos a los agentes, a los que llegó a manifestar “que había pagado recientemente una multa por ese tema de 267 euros y no lo iban a multar más”.
A pesar de instarlo en varias ocasiones a calmarse y a facilitar su documentación, el individuo continuó negándose, propinando un empujón a uno de los agentes al que arrastró hasta el borde de la barandilla del rellano de la escalera con la intención de hacerlo caer por el hueco, hecho que pudo ser impedido por el mismo con la ayuda de su compañero.
Ante los hechos, los agentes procedieron a reducir al individuo, que sería finalmente detenido.
Ambos detenidos fueron trasladados a dependencias policiales y, posteriormente, puestos a disposición judicial.